top of page

Separación de los padres y la afectación emocional


 

El divorcio


El divorcio implica el derrumbamiento de los planes comunes, cada adulto se ve obligado a reestructurar su proyecto de vida y, a veces, tiene que lidiar con la sensación de haber fracasado. Disuelve el vínculo conyugal, pero conserva el vínculo que los une como padres. Esta disolución implica la transformación de la familia nuclear original –padres e hijos– en una familia con una estructura diferente: la familia con dos núcleos representados por la casa de la mamá y la casa del papá. La familia del divorcio es viable, en tanto los padres cumplen conjuntamente las funciones de crianza.



El divorcio y el hijo


El divorcio es siempre para los hijos una experiencia diferente que para los padres: la familia en la cual los niños nacieron, crecieron y vivieron toda su vida se muere y cualquiera que fueran sus deficiencias, sienten que es la familia, que les brinda el apoyo y la seguridad que necesitan. Las consecuencias pueden ir de moderadas a graves, de transitorias a permanentes y que dependen del grado del conflicto previo, especialmente que se involucre o no a los hijos.


 

El divorcio se ha instituido para los cónyuges, no para los padres, no existen “ex hijos” ni “ex padres”. Los esposos no se divorcian de sus hijos, ni entre sí como padres, o… al menos, no deberían hacerlo.

 

Cambios en la familia:


Factores sociales


• Pérdida de poder adquisitivo. La convivencia en común supone el ahorro de una serie de gastos que se comparten.


• Cambio de residencia, escuela y amigos. El divorcio conlleva cambios importantes en el entorno del hijo. El impacto que tiene este factor en el desarrollo y ajuste social del niño es muy importante.


• Convivencia forzada con un padre o con miembros de la familia de alguno de ellos. No siempre la elección del padre con el que se convive es la que el niño quiere. Este factor conlleva una convivencia con adultos, muchas veces muy enriquecida y otras no tanto.


• Disminución de la acción del progenitor con el que no conviven. El padre/madre que no está permanentemente con su hijo deja de ejercer una influencia constante en él y no puede plantearse modificar comportamientos que no le gustan los fines de semana que le toca visita.


• Introducción de parejas nuevas de los padres. Es un factor con una gran importancia en la adaptación de los hijos y tiene un efecto importante en la relación padre/hijo.


Factores emocionales


• Una mala aceptación del divorcio por uno de los progenitores puede llevarle a convivir con una persona deprimida u hostil.


• Un divorcio conlleva, por su propia naturaleza, una cierta hostilidad entre los padres. Cuando esta hostilidad se traslada a los hijos, intentando que tomen partido o que vean a la otra persona como un ser con muchos defectos, se está presionando al niño para que vea a su padre desde un punto de vista equivocado, porque tendrá muchos efectos, pero siempre será su padre. Si la hostilidad entre los cónyuges persiste después del divorcio, es difícil que no afecte a la convivencia con el niño.


Repercusiones

  • Bajada en el rendimiento académico.

  • Peor autoconcepto.

  • Baja autoestima

  • Dificultades en las relaciones sociales.

  • Dificultades emocionales

  • Problemas de conducta.


Estos efectos a causa del divorcio no se limitan al periodo de duración del mismo, sino que pueden trascender a toda su vida:


Trastornos de ansiedad

Depresión

Trastorno por estrés postraumático

Trastorno de personalidad


Perfil psicológico de hijos divorciados


  • El 60% ha requerido tratamiento psicológico (frente al 30% de niños de matrimonios estables).

  • El 50% ha tenido problemas de alcohol y drogas antes de los 15 años.

  • Propensos a relaciones amorosas dependientes.

  • El 65% tiene una relación conflictiva con el padre.

  • El 25% de ellos no ha terminado el colegio (en comparación con el 10% de abandono escolar que se produce en los hijos de matrimonios estables).


¿Cómo lograr que el divorcio no afecte a los niños?


Explícale lo que sucede con claridad, de manera que lo pueda entender. A la hora de comunicar la decisión del divorcio, es importante que ambos progenitores estén presentes, ya que esto le dará mayor seguridad al niño y no se sentirá abandonado por uno de ellos.


Hazle saber que no es su culpa. Es importante dejar claro a tu hijo que no tiene ninguna responsabilidad en lo ocurrido y que ambos le seguirán queriendo igual.


Dale los detalles que necesita saber. Intenta explicarle qué sucederá a partir de ese momento. No es necesario que entres en demasiados detalles. Se trata de pequeños detalles que, a menudo, los padres pasan por alto, pero que le transmiten seguridad y confianza a los niños.


Mientras asimila la noticia, valida sus emociones. La mayoría de los niños necesitan un poco de tiempo para asimilar el divorcio de sus padres, normalmente unos 2 a 6 meses. Durante esa fase, hay que tener paciencia y apoyarle. Valida esas emociones y anímale a hablar de ellas.

Mantén la rutina, incluyendo nuevas actividades motivadoras. Los hábitos cotidianos sirven para que el niño se sienta seguro, por lo que es importante que, dentro de lo posible, mantengas las mismas rutinas. Por supuesto, también es conveniente incluir nuevas actividades que el niño disfrute, de manera que pueda comprender que, aunque todos están atravesando por una situación difícil, también pueden seguir disfrutando de la vida.


No hables mal del otro progenitor. Para los niños, las razones del divorcio no son suficientes. El niño quiere a ambos padres y no le parece bien que se separen, por encima de cualquier error de pareja se encuentra su amor de hijo. Por encima de las rencillas personales debe prevalecer el bien del niño, y lo mejor para este, es que sus padres sigan queriéndole y apoyándole como siempre.


Nuestros niños


Promover el desarrollo psicosocial en los niños, niñas y adolescentes es una manera de promover la resiliencia.


Los siguientes factores son altamente predictivos para el desarrollo de resiliencia :


 

"Todas las personas pueden desarrollar la capacidad de superar los eventos adversos y continuar con una vida con sentido, sin embargo, los niños, las niñas y los adolescentes por su condición de desarrollo y su capacidad de aprendizaje, son más sensibles”

 


  • Competencia social.

Se refiere a cualidades como la de estar listo para responder a cualquier estímulo, comunicarse con facilidad, demostrar empatía y afecto, y tener comportamientos prosociales, sentido del humor.


  • Resolución de problemas.

Incluye la habilidad para pensar en abstracto reflexiva y flexiblemente, y la posibilidad de intentar soluciones nuevas para distintos problemas. Ya en la adolescencia, los jóvenes son capaces de jugar con ideas y sistemas filosóficos.


  • Autonomía.

Se refiere a la habilidad para poder actuar independientemente y poder controlar algunos factores del entorno.


  • Sentido de propósito y de futuro.

Se incluye en esta categoría las expectativas saludables, dirección hacia objetivos, orientación hacia la consecución de los mismos (éxito en lo que emprenda), motivación para los logros, fe en un futuro mejor, y sentido de la anticipación y de la coherencia.



Tomando en cuenta los cambios y/o consecuencias que puede traer consigo una separación, es muy importante prevalecer la salud emocional y mental de cada individuo en el proceso, tanto los padres como los hijos. Hablamos de una vivencia saludable del proceso considerando las acciones pertinentes para que los hijos vivan el proceso del mejor modo posible, en otras palabras, con el menor sufrimiento y la comprensión que se requiere.


Para más contenido suscríbete a mi blog a través de la página web: www.psicoterapeutamilenajara.com/blog


Psicoterapeuta Milena Jara

Comments


bottom of page